jueves, 17 de enero de 2008

Experiencia de Vicente como voluntario en el 2005

VIAJE A "NUNCA JAMÁS"

Este verano cuatro amig@s, María, Sol, Paula y yo cumplimos un sueño que deseábamos desde hacia mucho tiempo. Viajar como voluntarios al Hogar Virgen de l Yedra, en Sucre, Bolivia. El hogar me recordaba a la isla de nunca jamás, donde los niños no querían crecer y eran capaces de hacer lo que se propusieran. Niños disciplinados, obedientes, cariñosos y ansiosos por jugar. Recuerdo que antes de viajar, en España, me preguntaba cómo reaccionaría ante esos niños. Mi reacción, como las de mis amigas, fue la de disfrutar con su compañía, animándolos y demostrándoles que eran maravillosos. Nunca me he sentido tan querido como allí. El hogar era una casa de dos plantas, con un pequeño patio interior. Rodeado de un descampado enorme, donde la pobreza está latente en todos los rincones. Pero, dentro del Hogar, esta sensación desaparece. Nos envuelve el calor humano de toda esa gente. Las hermanas, Aldo, Fernando, Antonia y los niños han convertido esta casa en Nunca jamás. Un lugar especial. Un oasis en el desierto. Una isla en el océano. ¿Quién son ellos?. Comenzaré hablando de las hermanas. Nada más llegar recibimos la noticia de que una de las hermanas, María Huertas, se volvía a España. Sólo convivimos con ella dos días, pero suficiente para darnos cuenta del dolor que su marcha provocaba entre los vecinos. En su cena de despedida, tuvo que levantarse continuamente para recibir a los que venían a verla, para todos ellos era urgente verla. Adrianas, Adriana Uno y Adriana Dos, así les llaman los niños y así lo haciamos todos.
Aldo, es el educador, y un amigo. Con los niños nunca sonríe, siempre serio, tosco y exigente. Él es la disciplina, el orden. Él tiene gran parte de culpa que estos niños sean tan autónomos, tan obedientes y disciplinados. Debe ser duro querer tanto a "sus hijos" y tener que ser tan estricto, pero él es el educador y realiza su labor muy eficazmente. Fernando es un hijo de la Yedra, como de tantos otros lugares. Era a las veces uno más (tiene 20 años) y otras, educador. Su valía era incalculable. Siempre de buen humor y dispuesto a ayudar. Hoy está en España conmigo pasando unas vacaciones y quien sabes si se quedará a proseguir sus estudios. Ahora debo presentaros a las estrellas de la Yedra. Unos niños a los que tod@s echamos de menos. Merece la pena convivir con ellos, cada uno con su pena y todos tan maravillosos: Ariel, William, Jhilmar, Rodrigo, Salva, Jonathan, Marco, Pablo, Pánfilo, José, Weimar, Severo, Roger, Jorge, Lorenzo, Oscar, César y Pedro. También tuvimos el placer de conocer al Padre Joaquín y a Jose Luis. El Padre Joaquín fundó el Hogar y ha realizado multitud de obras en la ciudad de Sucre, hoy reside en Cochabamba. José Luis fue en voluntario que, junto al colegio Europa, para el cual trabaja, colabora todos los años con proyectos educativos y de dotación de recursos fundamentalmente para el desarrollo de hogares. Fuimos a Bolivia a dar y recibimos. Y esto es algo que siempre recordaremos. Sólo puedo decir que algún día volveré a la Yedra, el único lugar donde me he sentido como en Casa. Curiosamente así se llama en Quechua "K'ayka Wasiyky" (Esta es tu casa).




Agosto 2005




Vicente.

1 comentarios:

Marta dijo...

Qué pelo mas negro tenías por aquellos tiempos ¿EH VICENTE? El pelo plata que te salió... ¿a partir de ese año? ajajaja