martes, 28 de julio de 2009

LA YEDRA 2







Os copio un panfleto que María me mandó ayer sobre un proyecto que están haciendo en su antiguo colegio:

En el año 2002 las hermanas de la Consolación llegaron a Sucre y se hicieron cargo del hogar Virgen de la Yedra. Actualmente en el hogar viven 22 niños, de edades comprendidas entre los 6 y 14 años.
El Hogar se ha quedado pequeño, más todavía si se piensa en que los adolescentes de 14 a 16 años necesitan otro tipo de condiciones acordes con su edad. Por esto y para que continúen teniendo un ambiente de familia, prolongando su formación y capacitación profesional de cara a su futuro y a su integración social, la Consolación ha decidido construir una casa, donde tenga educadores que les vayan formando para el día de mañana.

La Congregación ha comprado ya el terreno cerca del hogar, en estos momentos sería necesario recaudar el dinero suficiente para realizar la construcción y el equipamiento de la casa. El presupuesto asciende a 80.000 dólares.

La campaña también tiene intención de cubrir los gastos de capacitación profesional, alimentación, atención medica...

Un verano sin Sucre




Este verano se me está haciendo bastante diferente sin nuestro mes y medio en Sucre. Vicente, Pablo, Blanca y yo hemos estado en Libia hace una semana y ha sido una experiencia increíble, hemos disfrutado muchísimo y hemos conocido a gente de la que hemos aprendido muchísimas cosas nuevas. Pero al fin y al cabo ha sido un viaje de turismo, algo que después de 3 veranos seguidos en Sucre se me hace todavía muy diferente. Y es que no creo sinceramente que lleguemos a conocer una ciudad que nos llene tanto como personas como lo hace Sucre cada verano. Allí nos levantamos por la mañana con mucho trabajo que hacer, nos conocemos las calles, las tiendas, a los niños de la plaza... y nos sentimos muy queridos. Durante el viaje a Libia hemos tenido siempre presente a todos los niños con los que trabajamos, y es que un verano sin ellos es muy diferente.
Echo de menos el levantarme por la mañana en la casa de voluntarios y ver tanto movimiento, Pablo calentando la leche, J.Luis y Arturo con la cara de empanaos... Vicente metiendo prisa...; el llegar al Hogar y recibir el fuerte abrazo de Martín, ¡Hola Marta, no quiero trabajar!¿jugamos? o a Gualberto diciendome, ¿vamos a ver los chanchitos?; echo de menos las pechugas con lima de Pablo a la hora de comer, el tirarme en la carretera con Blanca y recordar como ha sido cada año en esa casa que tanto cariño nos ha dado, a Cristina y Bea enseñandome sus nuevos pasos de fama que han aprendido, a Jaime el limpiabotas tirándome al suelo y dandome muchos kiss kiss...
Muchos de vosotros me habéis dicho que os está pasando lo mismo, que estáis teniendo un verano con otros viajes pero no os han llenado tanto como el compartir nuestras vacaciones con los niños de Sucre, y es que como ya nos dimos cuenta el primer año... Sucre engancha; sus colores, los mercados, las sonrisas, los olores...
Espero que el año que viene podamos repetir todos juntos un nuevo verano en Sucre.