Son las 9:36 de la mañana. Estamos frente al ordenador Marta, Bea y yo; no para de nevar copos como pelotas de tenis. Los demás chicos se han ido a hacer una caminata por el parque nacional(esperemos que no se queden atrapados jeje). Nosotras nos hemos quedado en el hotel con Burri porque está malito( tiene un bulto sospechoso...) pero creo que lo hemos dejado en buenas manos con la pedazo de medica argentina en la habitación =P.
Este lugar es alucinante, el primer día fuimos a navegar por el canal Beagle. Pudimos ver en una isla leones marinos y una especie de pájaros que parecían pingüinos pero al final eran pajarracos voladores. Durante la navegación nos invitaron a pastitas y como estábamos muertos de hambre de haber cenado el día anterior en un antro de heladería que a nuestro querido amigo Pablo se le antojó( muchas gracias Pablo) por su precaria situación económica y no haber comido nada durante el día, arrasamos con todo lo que nos ofrecieron. Había un mozo muy apuesto que se enamoró de Marta y le dijo que mirara un pajarraco blanco que había en la cubierta. Marta corriendo se subió a lo mas alto del barco para apreciar la belleza del pajarraco y justo cuando bajó, Blanca chilló desde la otra punta: " Marta se te cae el moco" ( lo peor de todo es que este mozo era el cámara del barco y va a salir en las próxima proyecciones para turistas).
Por la noche después de mirar los precios de todos los restaurantes y antros de la zona decidimos ir a un tenedor libre. Pablo, con la carita de perrito degollao no paraba de mirar el cordero tan exquisito que se estaba comiendo Burri y el camarero que se apiadó de él y al que anteriormente no había tratado muy dulcemente precisamente, le invitó a un trozo de carne.
Al día siguiente conocimos a un buen mozito argentino llamado Sebastián; nuestro guia del 4x4 que nos llevó a hacer una ruta por los lagos metiéndose por caminos peligrosos llenos de nieve y hielo, mientras Chuqui (el guia del otro coche) se quedaba atrapado en cada obstáculo que se topaba en su camino y nuestro "peaso" de Sebastián agarraba su "peaso" de pala para ir en su rescate. Fijaros si estaba fuerte el "peaso" de Sebas que lograba rescatarlos a todos él solito ya que ninguno de sus pasajeros se bajaba del coche para ayudar al pobre Chuqui, solo para grabarnos a nosotros cuando nos tocaba pasar.
Después de nuestra travesía nos invitaron a comer cordero fueguino patagónico delicioso, y como era bufet libre nos comimos 5 parrillas para los 7 mas un postre cada uno. Para hacer la digestión después de comer, andamos por la nieve con raquetas (no de tenis como pensaba marta). eran como mini esquíes que no se deslizaban, solo servían para no hundirte y para hacerte caer cuando intentabas andar para atrás (de esto sabe mucho bea, que ha tenido que tirar sus pantalones). Marta y Blanca se lo pasaron super bien en las motos de nieve, llendo a 10 por hora en linea recta en fila india y sin poder adelantar a nadie...
Mientras Pablo, Vicente y Carlos se adentraban en el bosque, Bea y yo nos dedicábamos a hacer un precioso muñeco de nieve entre los árboles.
Al final, cuando volvimos donde estaban los perros y la cabaña del cordero, terminamos la excursión con una guerra de bolas de nieve españoles Vs monitores argentinos en la que yo acabé con un "esguince" de tobillo por culpa del de rojo. Vicente se llevó un bolazo en la cara por culpa de Chuqui.
Ahora nos vamos al hospital con Vicente para que le hagan un análisis de orina. Mientras esperamos que los demás vuelvan sanos y salvos (si vuelven =P)
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