He encontrado esta información acerca de la enfermedad de Chagas, una de las enfermedades mas numerosas en Sucre, y que alguno de nuestros niños padecen.
El mal de Chagas, es una enfermedad silenciada. Un mal de pobres que afecta a cientos de miles de personas en América Latina, a los que termina causando la muerte, pero que, hoy por hoy, no es una prioridad ni el campo de la investigación, ni del tratamiento, ni en las agendas internacionales. Bolivia es uno de los países más afectados.Vacuna no existe. El Gobierno, por su parte, se centra en eliminar la chinche que transmite el parásito asesino, pero no es suficiente. El Chagas es el rey en esta región del continente americano.
Más de 100 millones de personas de las zonas más míseras de Latinoamérica están en riesgo de contraer el Chagas, desde el sur de Río Grande a Tierra de Fuego. ¿Cómo? Mediante la picadura de una chinche, conocido como vinchuca, que transmite a los humanos el parásito Trypanosoma cruzi. El proceso es sencillo. La vinchuca, habitual en las áreas rurales, donde suele críar en los resquicios de los muros de las viviendas, pica de noche. Inmediatamente, defeca sobre la piel y, si su víctima se rasca, sus heces penetran por la herida, acompañadas del parásito que llevan dentro. También penetra por los ojos, cuando se frotan con las manos infectadas.
El Chagas, bautizado en honor al médico brasileño que lo descubrió a principios del siglo XX, no tiene una sintomatología inmediata, como la malaria, pero se desarrolla en un tercio de los infectados.El Trypanosoma cruzi va minando la salud lentamente, durante una o dos décadas, a medida que se reproduce en los tejidos internos y daña el corazón, el esófago, el colon, el sistema nervioso.Sólo en Bolivia, las autoridades sanitarias calculan que la mitad de la población está en riesgo y ya hay 300.000 niños menores de 12 años infectados. Sus datos apuntan que las vinchucas están detras de un 13% de las defunciones en el país.
El Chagas, bautizado en honor al médico brasileño que lo descubrió a principios del siglo XX, no tiene una sintomatología inmediata, como la malaria, pero se desarrolla en un tercio de los infectados.El Trypanosoma cruzi va minando la salud lentamente, durante una o dos décadas, a medida que se reproduce en los tejidos internos y daña el corazón, el esófago, el colon, el sistema nervioso.Sólo en Bolivia, las autoridades sanitarias calculan que la mitad de la población está en riesgo y ya hay 300.000 niños menores de 12 años infectados. Sus datos apuntan que las vinchucas están detras de un 13% de las defunciones en el país.
La tarea no es fácil. Sobre todo por la falta de alternativas farmacológicas. El Chagas, como enfermedad de pobres, despierta poco interés entre las grandes multinacionales farmacéuticas y las opciones de los médicos se limitan a dos: el benznizadol, de Roche, y el nifurtimox, de Bayer. «Son medicinas con casi 40 años de historia. El primero se investigó con uso veterinario y el segundo, ya ha dejado de producirse porque no hay demanda debido a la falta de interés de los gobiernos afectados en los tratamientos. Esto provoca que nadie investigue en nuevas medicinas con menos efectos secundarios o en una vacuna, aunque se conoce muy bien al insecto transmisor, su hábitat, el diagnóstico o su clínica», asegura Silvia Moriana, responsable de MSF en Bolivia.
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