Hoy me dispongo a comenzar con la historia de este simpático niño llamado Reinaldo pero por todos conocido como Nano. He de reconocer que la primera impresión que tuve de él no fue positiva, acabábamos de entrar en la parte de Psiquiatría del Hospital con el director y de repente aparece un tipo grande y que lo único que decía era: ¿Tiene pastillita? Uno así de nuevo piensa que ese hombre está enganchado a un medicamento pero este humilde chaval llama pastillitas a los caramelos. Entonces, nos presentaron a varios pero al ser personas con problemas te dan la mano y parece que ni se están enterando de lo que va el asunto.
A los pocos días, nos llamaron para que ayudáramos en el patio ya que había varios adultos de Psiquiatría deambulando y entonces fue cuando tuve mi primer encuentro real con Nano. Una de mis compañeras le dijo mi nombre que en teoría es Pablo, él lo simplificó a Pabo y lo asoció a otras dos palabras Papucho Papuchito. Y me decía "Pablo Papucho Papuchito" y se reía, las voluntarias no se lo creían. ¿Vería un padre en mi?
Durante esa estancia en el patio también comprobamos como de manera compulsiva cuando le llamabas decía Nano banano con un estilo particular que lo hacía un ser adorable. Y también repetía otras dos palabras insistentemente que eran "chivo" y "choya", pero dejó de decirlas cuando Marcelo (un voluntario oriundo que dió que hablar) le reprendió. Nano era tratado muy bien por todos y especialmente por una doctora que alababa sus aciertos a la vez que sabía regañarle y hacer rectificar lo que hacía mal.
Próximo capítulo: En el parque con Nano
sábado, 29 de diciembre de 2007
Nano Banano (parte 1)
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Teacher Pablo
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miércoles, 19 de diciembre de 2007
lunes, 17 de diciembre de 2007
Articulo en Correo del sur sobre la historia de Fernando.
Sucre / CORREO DEL SUR
Una veintena de niños abandonados o provenientes de familias de escasos recursos viven en el Hogar Virgen de la Yedra, en la zona de Santo Domingo, a tres kilómetros de Sucre. Uno de ellos, Fernando Navarro, debido a su inteligencia reconocida por profesores y compañeros, fue becado para estudiar en una Universidad de Madrid (España), país donde se encuentra actualmente.Hace poco, el hogar Virgen de la Yedra fue remodelado. Pintaron la fachada y los interiores de diversos colores elegidos por los propios niños, gracias a algunas donaciones.Claudia Beatriz Salazar, una religiosa de la Orden de la Señora de la Consolación, trabaja en el Hogar Virgen de Yedra desde hace cuatro meses. Esta religiosa argentina se encuentra convencida de que en Bolivia y en Sucre hay necesidades básicas que deben ser atendidas.
ORDEN DE LA CONSOLACIÓN
La Orden de la Señora de la Consolación congrega a varones y mujeres. En Sucre, la actividad de los varones inició hace muy poco."Somos una fundación de origen español, pero las hermanas vinieron a América hace casi cien años y todas las hermanas que estamos aquí somos argentinas", destacó.El Hogar Virgen de la Yedra se creó en Sucre el año 2003, a iniciativa del padre Joaquín Sánchez. "Él conoció a Rodrigo y Pablito, unos niños que estudiaban en el hogar Tata San Juan de Dios; ellos, que tenían que ir al Hogar Sucre por su edad, le dijeron al padre Joaquín: ‘Ahora nos vas a abandonar’. El padre Joaquín se sintió muy tocado por esa frase y decidió crear un hogar para que esos niños puedan seguir siendo protegidos", recordó.Los pequeños que son cobijados en el Hogar Virgen de Yedra provienen del Tata San Juan de Dios, otros son entregados por el Servicio Departamental de Gestión Social (SEDEGES) porque son niños abandonados, que no tienen padres o que, teniéndolos, éstos no puedan hacerse cargo de ellos porque son de escasos recursos, tienen problemas con el alcohol o son minusválidos, entre otros factores."Ellos viven como en un hogar, juegan, tienen sus momentos libres, no queremos que parezca un internado, sino un hogar. Ahora están 20. Estamos estrechos, de 15 aumentamos a 20, por las necesidades. Ellos tienen edades de seis a 12 años", remarcó la religiosa.El SEDEGES solamente cubre los sueldos de la directora y la cocinera. El resto de los gastos corre por cuenta de las hermanas de la Orden de la Consolación y de gente laica y voluntaria de Sucre que se comprometió a colaborar. "Tenemos colaboración de las hermanas de nuestra orden que viven en España, que cancelan a cuatro profesores que colaboran a los niños de este hogar. Todos estos niños estudian en la Recoleta", remarcó.
DE LA VIRGEN DELA YEDRA A ESPAÑA
Cuando la historia recién comenzaba, Fernando Navarro, un muchacho que vivía en el Hogar Sucre fue invitado por el padre Joaquín Sánchez, a trabajar en el Virgen de la Yedra.Cuando los voluntarios españoles llegaron a Sucre lo conocieron y se conmovieron de su situación porque Fernando no tenía ningún familiar. Debido a sus aptitudes, le ofrecieron una beca a España y ahora vive en la casa de uno de los voluntarios que vino a Sucre y estudia en una universidad de Castellón.Fernando se fue a España a los 19 años después de salir bachiller en la Unidad Educativa La Recoleta. Ahora es uno de los mejores alumnos en la casa de estudios superiores de Castellón."Pero no es una cosa que se vaya a generalizar, ojalá que a todos les pudiéramos brindar becas similares, pero, bueno, eso depende de muchas circunstancias", aclaró.
OTROS PLANES Y TRABAJOSLa religiosa Claudia Beatriz Salazar explicó que la intención de su orden era crear otro hogar más, denominado Hogar Virgen de la Yedra II, que tuviese por objetivo recibir a los niños mayores de 12 años, pero no se pudo porque esa orden se hizo cargo del Hogar Sucre. "Deseamos —y ojalá que podamos— atender a los adolescentes, caso contrario, ellos tendrán que seguir en el Hogar Sucre", puntualizó.Las hermanas de la Consolación que trabajan en ese hogar tienen otras labores. Por ejemplo, una de ellas trabaja en el Hospital Cristo de las Américas, en tanto que la entrevistada, Claudia Beatriz Salazar, además de atender a los niños, se dedica a la labor pastoral y evangeliza en el barrio Santo Domingo."En esta zona no hay sacerdote, no hay misas, y, justo al lado de nuestro Hogar, están construyendo un gran centro de los mormones. Hay gente que no tiene formación y cae en promesas de regalos de otros grupos religiosos, por lo que es un desafío evangelizar en este barrio", finalizó.
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sábado, 15 de diciembre de 2007
La bienvenida con los niños de La Yedra
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viernes, 14 de diciembre de 2007
jueves, 13 de diciembre de 2007
Niños trabajadores
He encontrado este artículo en internet y me ha recordado mucho a las historias que nos contaban los limpiabotas. Para mí fué una de las experiencias mas bonitas que tuve en Bolivia y este artículo refleja bastante bien cual es la vida de los niños trabajadores en Sucre. Sucre/Fernando Suárez Saavedra, CORREO DEL SUR La cantidad de niños trabajadores es cada vez mayor en Sucre. Más de un millar de esos pequeños, sin contar a los que ya se encuentran en la etapa de la adolescencia, se dedican a oficios y actividades diversas, desde guías del cementerio, lava-autos, lustrabotas, voceadores, cargadores de bolsas en los mercados de la ciudad, vendedores, canillitas y otros. De la cantidad de oficios a los que se dedican, quienes venden periódicos son los que mejores ingresos reciben en comparación a los demás. La causa principal para que los niños trabajen es la pobreza. En la mayoría de los casos sus padres no cuentan con los recursos suficientes para satisfacer las necesidades de los integrantes de la familia. En otros, los menores provienen se familias desintegradas y no tienen otra alternativa que trabajar o conformar grupos de pandilleros. Y no faltan aquellos que trabajan como producto del proceso de migración que ha vivido y aún vive el país y que ocasiona esta lacerante realidad. Un 90 por ciento de los menores trabajadores estudia. Un 70 por ciento de los niños proletarios son varones. Un 50 por ciento de ellos son maltratados en sus hogares, especialmente por sus padres; mucho más cuando éstos son víctimas del alcoholismo.Los sueños de los menores son varios: conversando con algunos de ellos, llegamos a la conclusión que sus principales aspiraciones son ser abogados, profesores, taxistas o policías. Los primeros "para defender a los niños". Los segundos para enseñar a los niños. Los terceros porque "ellos (los choferes) comen bien". Y los últimos, porque son mandones y "no hay quienes los paren". JUAN MANUEL NÚÑEZ Lava-autos "Yo tengo 15 años. Me dedico a lavar autos en proximidades de la Corte Suprema de Justicia. Antes era lustrabotas. En mi familia somos siete, cinco hermanos y dos padres. Trabajo todo el día, de siete de la mañana hasta las seis de la tarde. Gano 15 bolivianos. Por la noche estudio en la escuela Ovando, en El Patacón. Los lava-autos debemos ser unos 50. Estamos jodidos cuando llueve. En esos días no nos contratan". OMAR HURTADO Guía del cementerio "Tengo 13 años. Trabajo como guía desde hace cuatro años. En mi familia somos ocho. Cada día gano entre 5 y 10 bolivianos. Con el dinero que gano me doy mis gustos. Compro comida y también ayudo a mis padres. Estudio en el colegio Cardenal Maurer (en el turno de la mañana), estoy en octavo curso. Los niños guías del cementerio debemos ser 30, todos somos varones, fuera de ello existen los niños-escaleras, que deben ser 70. Los días que más trabajo tenemos son los sábados y domingos. Los que nos contratan son especialmente los turistas nacionales y extranjeros". JUAN ESPADA lustrabotas"Tengo 14 años. Vivo en el Rollo. Cada día gano un promedio de 15 bolivianos. El día que hay más trabajo es el lunes. El que no hay mucho es el sábado. Trabajo desde las seis de la mañana hasta las seis de la tarde. En mi familia somos ocho. Estudio en la escuela Guido Villagómez, quinto curso. En Sucre debemos ser unos 80 lustrabotas. La "lustrada" cuesta 1 boliviano. Los otros lustrabotas me quieren pegar. Mis papás también me pegan. Los lustrabotas me quieren pegar por quitonearnos un cliente. El dinero que gano les entrego a mis papás". SAMUEL YUPARI Canillita"Tengo 11 años. Desde hace dos años vendo el periódico CORREO DEL SUR. Cada día gano unos 20 bolivianos. Los viernes más y los domingos 30 bolivianos o un poco más. En mi familia somos siete. Estudio en la escuela de Tucsupaya, quinto curso. A mis padres les entrego cada día unos 30 o 50 bolivianos. ¿De dónde? Quiero decir cuando gano esa cantidad, especialmente cuando hay La Gran Siete y la revista ¡OH!. Vendo periódicos desde las siete hasta las once de la mañana. Todos me tratan bien, no tengo ningún problema ni ninguna queja". DAVID BARRIENTOS Voceador"Tengo 10 años. Cada día grito la ruta que debe seguir el micro. Por el trabajo de todo el día gano 5 bolivianos. Estudio en la escuela La Recoleta, cuarto curso. En mi familia somos siete. Mi papá es chofer, mi mamá es ama de casa. Lo que gano le doy a mi mamá. No tengo problemas de maltrato, aunque de tanto gritar me duele la garganta, pero qué vamos a hacer, hay que seguir trabajando". ERNESTO SACACA Cargador de bolsas en el Mercado Central"Tengo 10 años. Ayudo a las señoras que van a comprar al Mercado Central. Trabajo de siete de la mañana a las tres de la tarde. Por ese trabajo gano 5 bolivianos al día. Algunas señoras me pagan bien, otras son tacañas, apenas me pagan 50 centavos. Otras me pagan 1 boliviano y me regalan un plátano o una manzana. En mi familia somos siete. Estudio en la escuela de Lajastambo, tercer curso. Lo que gano le entrego a mi mamá y, a veces, me compro algo para comer". |
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Experiencia de Paula Zoido con su alumno, Pánfilo.
Aquí lo tienen: Pánfilo, mi "alumno" de apoyo escolar en el hogar Virgen de la Yedra. Pánfilo tiene 11 años y guapo y esbelto, y permanece y callado la mayor parte del tiempo. No tiene una sonrisa tan fácil como los otros niños, de la misma manera que tampoco llora o se enfada con frecuencia. Parece hermético en un principio, pero luego uno se da cuenta de que en realidad lo que le sucede es que es muy maduro. Pánfilo tiene dotes de líder y ganas de aprender y de comerse el mundo, pero sin darse cuenta sus aspiraciones quedan frustradas en la Yedra, a pesar de que son unos niños privilegiados comparados, incluso, con los que sí tienen familia: comen tres veces al día, van al colegio, reciben regalos, van al dentista o al médico cuando lo necesitan, viven con unas condiciones de higiene envidiables en su país, e incluso saben lo que es, y como se utiliza, una "computadora". Pánfilo sólo llora una vez durante mi mes allí: cuando discuto con él acerca de la forma de resolver una ecuación, y tiene que admitir que está equivocado. Desde ese día, no quiere ir al recreo cuando toca la campana, sino que prefiere quedarse más tiempo haciendo dictados o resolviendo operaciones más difíciles, hasta que todo está perfecto. Quiere ser abogado, y tiene un sentido del humor prodigioso. A Jose Luis, de 37 años, le recuerda que "hay que ser hombres" cuando un día éste no quiere admitir que ha perdido en un juego competitivo. Es capaz de admitir en ese mismo juego que nuestro puesto en la clasificación descienda en picado tras la primera media hora ganando, y celebra igualmente los triunfos, sin perder el ánimo y las ganas, a las alturas de juego en la que muchos niños ya se han retirado enfadados, llorando y pataleando al ver que perdían. A Pánfilo se le ilumina la cara un día al verme aparecer por el comedor a una hora en la que normalmente yo ya me había marchado, me sonríe con la boca abierta y a mi se me hincha el corazón. La última comida allí es un festín de gala que nos preparan las monjas, y en mi mesa se sienta Pánfilo junto con Cristian, el peque mimado del hogar, un desastre comiendo. Yo no doy crédito al espectáculo que presencio cuando veo a Pánfilo cuidar de Cristian como si fuera un padre: sabe cómo reñirle, cómo bromear con él lo justo para que no se enfade, conoce sus límites y sus puntos débiles, y es capaz de hacerle salir de una rabieta después de que yo me haya dedicado 10 minutos a intentar en vano que no tire toda la comida al suelo. Mi despedida con Pánfilo es emotiva, al menos para mí. Pánfilo en realidad no suele demostrar un afecto excesivo por los demás, y de hecho es el líder del crimen organizado en el hogar (en mi opinión, una salida más a las frustraciones de su madurez temprana, de su intelecto desaprovechado), pero me mira con ojos atentos y parece comprender y valorar mis últimas palabras cuando le motivo a seguir siendo tan responsable y trabajador para llegar tan lejos como él quiera. No sé si alguien le ha reconocido alguna vez sus destellos de genialidad, su constancia y su talante sereno y animoso, pero nada me haría más feliz el día de mañana que regresar a Sucre y encontrarme a esta personita hecha un hombre hecho y derecho trabajando como el abogado exitoso que ahora quiere ser.
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miércoles, 12 de diciembre de 2007
Es fácil darse cuenta que en la ciudad de Sucre se encuentra un gran número de niños desfavorecidos por sus circunstancias. Toda la labor realizada por los voluntarios en la ciudad es por y para ellos. Es importante resaltar que esta labor no pasa desapercibida para estos chicos, ya que agradecen muchísimo cualquier tipo de atención y, lo que es más importante, siempre acogen a los voluntarios con una gran sonrisa en su cara.
Así, la experiencia del voluntariado en Sucre es mucho más que un trabajo cooperativo debido a los lazos que se crean tanto en el grupo de voluntarios como con los niños y colaboradores de la ciudad. Esto queda demostrado por el gran número de personas que permanecen ayudando durante períodos prolongados y por aquellos que repiten la experiencia año tras año.
Por todas estas razones, creemos que cualquier tipo de colaboración sería muy válida para llevar a cabo nuestro proyecto puesto que en una ciudad como Sucre todo lo que se pueda aportar es poco y se valora lo más insignificante. Las aportaciones pueden ser de tipo económica o material (como ropa, medicamentos, material escolar, etc) y todo aquello que consigamos llevar en nuestro próximo viaje será un éxito para nosotros y una alegría que un niño se llevará. Por ellos toda esta experiencia merece la pena.
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HOGAR VIRGEN DE LA YEDRA
Este hogar está destinado a la acogida de niños huérfanos mayores de cinco años, en su mayor parte provenientes de la Guardería Tata San Juan de Dios siendo construido por la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios y gracias al pundonor del padre Joaquín Sánchez.
Desde 2001, el Hogar se encuentra dirigido por la Comunidad de Religiosas de Nuestra Señora de la Consolación, que se hacen cargo del Hogar, la Iglesia-Ermita colindante y la Casa Pastoral.
La principal misión del hogar es la acogida, educación y formación de niños y adolescentes de 6 a 15 años que no pudieron ser adoptados durante su estancia en la Guardería Tata Juan de Dios. Además, se favorece la integración de los niños en escuelas de garantía pedagógica (Domingo Savio en la actualidad), el aprendizaje de un oficio por medio de la realización de talleres (informática, costura, cocina) y el seguimiento de estos jóvenes para su integración en la sociedad e inserción laboral.
El hogar consta de tres pisos. En el superior se encuentran los dormitorios, los baños comunes y la lavandería. El entrepiso tiene oficinas, sala de informática y sala de televisión y el piso bajo tiene un aula de estudio, cocina y baños. Además, hay un pequeño patio interior comunicado con la Iglesia-Ermita.
Actualmente el número de internos se aproxima a veinte. Estos jóvenes tienen distribuidas las tareas domésticas y se hacen cargo de su propia ropa y de su higiene personal. De esta forma, se fomenta la disciplina personal a la vez que se confiere un sentido de responsabilidad. El hogar cuenta con un educador principal y dos ayudantes que realizan labores de apoyo escolar así como una persona para el mantenimiento general y una cocinera.
Los voluntarios se encargan de proporcionar un apoyo individualizado y adaptado a cada niño de forma que todo lo aprendido en la escuela quede repasado. Además, se organizan actividades como juegos grupales o pequeñas salidas siempre orientada a la formación de este grupo de infantiles.
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martes, 11 de diciembre de 2007
TATA
Este orfanato surgió a causa del estado lamentable en que se encontraban los niños huérfanos o maltratados en el entorno familiar hostil que estaban a cargo del Estado. Se acogen niños y niñas hasta los seis años, normalmente remitidos por el Servicion Departamental de Gestión Social (SEDEGES). |
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lunes, 10 de diciembre de 2007
SUCRE
La ciudad de Sucre es la capital del Departamento de Chuquisaca y es sede de la Corte Suprema de Justicia, del Tribunal Constitucional, del Consejo de la Judicatura y de la Fiscalía General de la República. Estos datos nos dan una idea de la importancia que esta ciudad tiene para Bolivia. Así, muchos bolivianos la consideran la capital por delante de La Paz y hoy día Sucre se encuentra en un proceso de lucha por la capitalía plena.
Esta ciudad colonial tiene una población aproximada de 230.000 habitantes y se encuentra localizada en la parte central sur del país a una altitud de 2800 m. A nivel turístico, Sucre posee edificios históricos en su casco antiguo (destacamos la Casa de la Libertad), huellas paleontológicas y diversos archivos e iglesias (La Recoleta) de interés cultural. Por esta razón, en 1991 Sucre fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Un factor importante es que dentro de esa población se encuentra una gran cantidad de menores en condiciones infrahumanas para su existencia. Así pues, muchos se dedican a mendigar por las calles o limpiar zapatos en el centro de la ciudad. Además, existen otros grupos como niños huérfanos, abandonados, provenientes de familias desestructuradas o con deficiencias que no reciben la asistencia que debieran.
Es justo en ese marco infantil donde nuestro proyecto cobra mayor fuerza ya que nuestro mayor objetivo es ayudar a ese tipo de niño y proporcionarles una educación y unos valores para que puedan labrarse un futuro.
Por este motivo, desde hace seis años un grupo de voluntarios se desplaza a Bolivia en el período estival a fin de colaborar con estos grupos de niños desfavorecidos. Durante este mes se realizan labores de distinta índole pero todas centralizadas en la educación, cultivo y entretenimiento de estos grupos infantiles que tan poca atención tienen durante todo el año.
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domingo, 9 de diciembre de 2007
PSICOPEDAGÓGICO
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